sábado, 21 de mayo de 2011

1. Café con leche.

Es curioso cómo las tonterías siempre terminan endulzándose con dos cucharaditas de Splenda.

Mis abuelos siempre quieren invitarme a tomar un café con dos galletas de esas que se desmoronan en las manos, y no en la boca; no está para nada mal, digo, me prestan mucha atención y al final siempre salgo con un libro nuevo o con la sensación de que nunca voy a pasar hambre en esta vida ("Nunca pasarás hambre" me dijo una vez la galleta de la fortuna del restaurante chino de los Pinto), sin embargo, siempre tengo esta sensación de estar viviendo algo que no me corresponde.
¿Quién me explica las ganas de aventarme de un avión? o, ¿Por qué demonios intento, a capa y espada, sobrevivir a base de algodones de azúcar y colores amarillos?. Mal, mal, mal; muy mal Cynthia. Cuando debía de ponerme de espaldas y lanzar la moneda, preferí pagar por poder meterme a nadar en la fuente. Por supuesto que no lo conseguí, pero esa es la cuestión: No sabemos ni lo que queremos.
¿Cómo voy a saber que , que me estás leyendo ahorita mismo, no serás mi próximo enemigo? Un nemesis de esos, tipo Goku Vs. Vegeta, que al final de cuentas terminan diciendose las cursilerías más indecentes. No recuerdo bien si eso lo vi en la versión XXX o en la serie normal, pero el punto es que tengo que aprender a escribir bien.
"El nombre es lo de menos" es lo que estoy leyendo ahorita, gracias al guapo Carlos Valdés que se ha atrevido a levantar la pluma (y un fajo de billetes) y ha publicado un buen libro. Se necesita ser valiente para conversar con lo desconocido; yo a lo máximo que llego es a hablar sola frente a mis conversaciones en el messenger, si acaso.
 Me falta aguante, y también talento, creo yo. Porque luego generalizas y te demandan y no te la acabas por haber pasado una noche en la correccional sin haber siquiera avisado que ya no eres menor de edad. Pero nadie te la cree. Corremos y corremos buscando personas que nos den un par de palabras de aliento, y al final nos damos cuenta de que:

1.- Nunca tuvimos condición para trotar hasta el infinito, y 2.- Esas personas, de alguna forma u otra, terminarán huyendo despavoridas porque casualmente, 3.- No vienen a esta vida para jugar a las carreritas, y mucho menos a "la traes" o a las escondidas. Por lo tanto, 4.- estás frito, solo, y además, con toneladas de decisiones que tomar y sobre todo 5.- errores que cometer. Eso. Los errores; pero, basta por ahora, porque como diría mi padre:
"Ese ya es otro boleto".

1 comentario:

  1. Para entender esto, hay que entenderte y eso como ya lo dijiste ni siquiera tu puedes hacerlo! jajaja me rió pero me preocupa solo que sepas que entre toda esa locura espero me dejes estar ahí! tal ves no pueda asegurarme de que no pases hambre ni de que no cometas errores pero prometo tratar de conseguir dinero para que te dejen entrar a la fuente y seguirte la corriente con las traes e incluso tratar de trotar infinitamente, pero si eso implica no ser sincera y conducirte a más errores entonces seré la primera en sujetarte para no entrar a la fuente, te prohibiré jugar a las traes y me sentare a explicarte las veces que sean necesarias que el infinito es imposible para las capacidades físicas humanas (al menos para un tecolotito con complejo de búho)todos tienen miedo hasta la más valiente d las niñas amantes de algodones de azúcar y el color amarillo pero los valientes son aquellos que vencen ese miedo y que por la amistad son capaces de hacer locuras! T.Q. loca! jaja

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